Hoy he hecho la compra del super por internet. Se acabó el perder tiempo, los atropellos de cestas y carros, las colas, las viejas miopes que abren el monedero para que la cajera coja el dinero, las tarjetas de crédito que no pasan, las dudas de que caja elegir y la maldita Ley de Murphy de haberte equivocado en la elección, las prisas por meter las cosas en las bolsas y el ir cargado a casa como un burro.
Un mundo nuevo lleno de vagueza y de felicidad me absorbe. Me siento como Steve Carrel cuando pierde la virginidad en Virgen a los 40...
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