miércoles, 31 de agosto de 2011

Algo extraño está sucediendo en casa

Desde que vivo solo tengo miedo a una cosa. Levantarme por las mañanas y ver un trozo de papel dentro del váter. Ya me ha pasado cuatro veces. No estoy vacilando. Es la verdad. No comprendo este hecho y no tiene explicación. Me despierto, voy al baño a hacer mi pipí mañanero (de cacota nada, soy más de ir sobre las 15:30 o por ahí) y ahí está, ese pequeño trozo de papel, cuadrado y empapado de agua donde se distingue los relieves de los dibujitos de los perritos (sí, uso del caro).

Pero, ¿cómo ha llegado hasta ahí? Tengo tres teorías:
 
1 - Soy sonámbulo y voy al baño por las noches. Improbable.

2 - Mi vecina es una asidua de mi blog, se cuela en casa para acojonarme para que escriba este desvarío y se eche unas risas. Podría ser.

3 - Mi casa está construida encima de un antiguo cementerio indio y me acojonan... Un momento, yo no creo en fantasmas... Pero sí creo en el Tío Camuñas y esto vuelve a cobrar sentido. Los fantasmas son incorpóreos, por lo tanto no comen (si se llevan comida a la boca la echan inmediatamente por su culo invisible, véase Los Cazafantasmas o Cásper para que veáis que tengo razón). Si no comen, no tienen necesidad de usar papel higiénico. Pero el Tío Camuñas se harta de comerse a los niños malos que no hacen los deberes, pegan a otros niños o no hacen caso a sus madres. Viene a mi váter porque fue antiguo inquilino de mi piso, tiene las llaves y le pilla cerca de su escondite donde mata, descuartiza y se come a estos niños. Cuando sale le entra el apretón y viene a casa. Casi segurísimo que éste es el motivo!!

Hale, solucionado el misterio!

PD: Desde aquí quiero romper una lanza a favor del Tío Camuñas. Él sólo se come a los niños malos. Si fuera mala persona, haría caca en la calle o tiraría de la cadena mientras duermo lo cual me despertaría. Además, estoy casi seguro que él es quien me arropa por las noches. Hay mucho incomprendido en esta sociedad.


lunes, 15 de agosto de 2011

Sólo me pasa a mí...

Este año mi pastel de cumpleaños fue improvisado y original: tres tostadas de patatera (algo así como una sobrasada extremeña, muy rica por cierto) con sus tres velas Ikea... Creo que ha sido la cosa más bizarra de toda mi vida y me encanta :D . Pero sé que van a pasarme más cosas extrañas, como esta mañana sin ir más lejos.

Hoy me ha tocado currar, por lo tanto he madrugado. Lo primero que me ha pasado nada más salir de casa ha sido encontrarme a la señora de la limpieza del edificio. Bueno, mejor dicho me he encontrado a sus dos tetas. Sí, la señora de la limpieza había terminado su turno y se estaba cambiando con la puerta abierta. Todas sus domingas al aire. Hubiese sido una buena experiencia a no ser que esta mujer tendrá sus cincuenta y muchos... He gritado con un "nooooooo!" que creo que he despertado a todo el edificio. O tenía dos opciones, echarme un chorrazo de lejía a los ojos o salir rápido del portal. He tomado la segunda opción aunque me he arrepentido. La primera hubiese sido más útil.

Rebobinamos mi día hacia delante ya que la mañana he estado currando y no ha pasado nada de interés. He salido a comer y volví a mi restaurante de comida mediterránea favorito, el McDonalds. ¿Os acordaís de un desvarío de un viejo que pensaba que una niña era una puta? Ver aquí Pues esta vez ha sido mucho mejor. En Montera no sólo hay putas, también hay chaperos. Pues he pasado justo al lado de un grupo de ellos. Pues un señor de unos 35 o 40 años, bien vestido se ha acercado a ellos y les ha dicho, textualmente y en alto: "¿Quién quiere que le rompa un poco el culito?". No me lo podía creer... ni yo ni el grupo de monjas y chicas jóvenes que estábamos cerca (es la semana de la llegada del Papa a Madrid).

En serio, esto me va a provocar un trauma y me va a afectar... más aún de lo que estoy... Avisados estáis.