miércoles, 13 de abril de 2011

Sueños psicotrópicos por ingesta de calamares

Alguna vez lo dije por Twitter pero hoy estoy plenamente convencido y puedo confirmar que cenar algo acompañado de calamares en su tinta me produce unas pesadillas raras de cojones. Sí, estoy mal de la cabeza, acaso no lo sabías? Pero querido lector, te aseguro que es verdad (como todo lo que escribo por aquí...). Puedo contar dos.

El primero, la típica pesadilla que estás huyendo de algo o alguien pero no sabes qué es. Cuando al final me cogían (creo que si yo saliera en alguna peli de este tipo sería el primer pringao en morir) me desperté (de momento soy superoriginal eh?). Ví la hora en el despertador y hasta ahí bien. Pero de pronto, se iluminó el móvil y empezó a escribir solo el siguiente mensaje: "¿Crees que huirás de mí sólo con despertarte?". Estaba en la cama, no me podía mover, y después de varios segundos eternos así, con un agobio acojonante, algo me apretó fuerte las piernas. Me desperté, esta vez de verdad.

El segundo fue también bastante raruno. Paseando por un parque. Día soleado, muchos árboles frondosos, un estanque grande con agua clara lleno de patos, niños corriendo. Pestañeo y es el mismo parque pero todo ha cambiado. Es tétrico y lúgubre. Los árboles están muertos, con las hojas secas alrededor, donde había patos ahora hay agua estancada y los niños... ahora son niños que no tienen cara y que se mueven lentamente hacia mí. Pestañeo otra vez y todo vuelve a la normalidad. Estoy asustado, voy a una fuente y me lavo la cara. Vuelvo a cerrar y abrir los ojos, y otra vez estoy ahí. Los niños están muy cerca de mí. Pestañeo nuevamente pero ya no funciona. Sigo en el parque apocalíptico. Uno de ellos me da un golpe y me despierto.

Pero hay que sacar lo bueno en todo esto. Si cenar calamares provoca que tenga estas pesadillas, tiene que haber alguna comida que tenga el efecto contrario, que todo sea placer y desenfreno, como una peli de Pajares, vaya! Seguiré buscando la cena deseada pero hoy... toca pesadilla. No hay dos sin tres. Sí, he vuelto a cenar eso. Creo que en el fondo soy algo masoca.

2 comentarios:

  1. Debe ser la cena que habitualmente toma Clive Barker, porque los escenarios parecen sacados de algunos de sus libros.

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  2. Tio, lo mismo has encontrado la explicación, ahora tengo que pensar en qué cené yo dos noches que tuve pesadillas con animales...
    En una un gato se comía a un caracol y me desperté con la lengua fuera haciendo ascos y diciendo "qué asco!!, se lo ha comido!!". En la otra pesadilla me perseguía un mapache en mi pueblo y me agarraba una pierna...

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