Cada día me doy cuenta que nos hacemos mayores. El paso del tiempo es inevitable pero no es el calendario lo que delata nuestras canas. Son las pequeñas cosas de la vida. Aún me acuerdo cuando mi madre me cortaba la sandía (aún lo hace pero sólo cuando bajo a su casa).
Y este paso del tiempo te obliga apañartelas. Ya no está la madre que te corta la sandía, ni el queso. Te tienes que buscar las habichuelas (bueno, en este caso un buen cuchillo) y aprender tú solito. Y os hablo de la sandía, y quiero aclarar que no estoy obsesionado con las sandías ni tengo un rollo sexual con ellas al estilo de American Pie ni nada de eso. Esto no viene al cuento pero me resulta gracioso. Hace poco llegué perjudicado a casa (vamos, que llegué bolinga) y tenía una sandía en la nevera. No confiaba mucho en mi destreza y la partí a la mitad y con una buena cuchara y como si fuese una tarrina de helados me la pimplé entera. Caí redondo a la cama y al día siguiente había pipas por toda la casa, se ve que hice un campeonato conmigo mismo de escupir las pipas por toda la casa... Qué gentuza soy!
Otra cosa que debo de aprender es a envolver regalos, soy nulo. Tan nulo que ayer tuve que envolver en papel de plástico una lechuga y tardé 5 minutos porque el maldito plástico se resistía! Pero bueno, en los otros temas me considero un manitas y no me refiero a un manitas de toquetear señoritas (que también pero no viene al caso jeje). Me refiero a arreglar cosas, me gusta enfurruñarme, poner caras raras y maldecir las cosas mientras estoy en ello. Pero al final funcionan :)
En fin, seguiré con este tema más adelante. Creo que da mucho juego el "que viejo nos hacemos".
PD: a la mañana siguiente de la sandía, ví que también me había pimplado un hilo de chorizo. Sandía con chorizo! Melón con jamón, te queda poco de vida WHAJAJAJAJAJA!
jajajajajajajaja veo que estás recuperando tu creatividad!! Dame una poca!
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