jueves, 22 de marzo de 2012

Aquí huele a muerto.

Esto blog huele a muerto... Habrá que sacar un Ambipur, abrir las ventanas para que se airé un poco y darle un agua. Habrá que volver a escribir. Acabo de desempolvar mi gorra de escribir desvaríos (sí, tengo una gorra que me pongo para escribir gilichorradas).

He perdido el hábito y no me refiero a que he perdido mi disfraz de monja de clausura, que también porque parezco una mezcla de Chuck Norris en Desaparecido en Combate y el conejo de Alicia... en el País de las Maravillas (malpensados, mira que creer que me refería a las partes íntimas de una tal Alicia) que nunca tiene tiempo y siempre llega tarde. Echaba de menos escribir.

Hoy sólo voy a poner una reflexión, una pregunta que lanzo a los señores publicistas encargados de hacer los anuncios de Lidl: ¿por qué mezcláis churras con merinas? Acabo de ver vuestro último anuncio. "Semana de la bici". Creo que tenéis bicicletas, camisetas y cascos con reflectores con 3 tipos de luces distintas a unos precios muy competitivos. Está bien, muy bien... si el anuncio acabara ahí. ¿Por qué metéis al final que la garrafa de 5 litros de aceite está de oferta? ¿Acaso es un mensaje subliminal? ¿Queréis que los ciclistas compren aceite? Seguramente es para rellenar hueco pero... mal, muy mal. Si yo fuera el señor John Lidl (creador del emporio Lidl) estaría confuso mientras bebo esa cerveza barata y como esas cortezas de marca cutre que están más ricas que los Bocabits. Volved a un carro lleno por sólo 30 euros (¿que llevaría ese carro? Nadie se lo preguntó. Yo puedo llenar un carro por menos, pongo papel de culo barato y con 10 euros se llena).

Me voy a refunfuñar a otro lado...

2 comentarios:

  1. Al menos es el único que anuncia algo con cerebro, es decir, mientras algunas personas se van a comprar a la empresa esa... de aquellos que... en fin, de los que nos vuelcan la fruta en la frontera... el caso es que allí, en aquel mundo comercial, donde comienzas a comprar de manera esporádica porque todo es muy bonito y los precios parecen competitivos (sólo porque llevan otro color en el precio), llegas a la caja, pagas, y es mejor no mirar la cuenta, porque te empiezas a dar cuenta que todo era mentira, que te han cobrado por codigos de barras que no llevas, es decir, que si no han cambiado el precio, que si están de vacaciones, que si los jefes se estan pensando que precio poner, y mientras!!! tu!!! esperando en caja central, como "cada vez que vas a comprar en aquel fantástico mundo del color etiqueta".
    Es decir, que cada vez que entras aunque sea por equivocación y no compres nada, acabas en caja central reclamando algo.
    Moraleja.- Lidl sigue así, hechamos de menos al calvo del anuncio, parecía mas barato que el mismísimo Mr. Proper.

    EL JULY

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  2. Se echaban de menos tus reflexiones, pensaba que te habían cansado del blog.

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