miércoles, 20 de octubre de 2010

Hazme una foto y no me robes la cámara.

La verdad es que ya me estoy descojonando con sólo escribir. Estás con tu pareja (aceptamos también otras situaciones como grupo, familia y onanistas) y quieres hacer una foto. Lo de alargar el brazo y darle al botón está bien si te gustan descuadradas y desenfocadas (hay gustos para todo oiga). Pero quieres que salga bonita. Se lo pides a alguien que pasa por ahí y dentro de ti hay una sensación de desconfianza (y más cuando la persona que tienes al lado piensa exactamente lo mismo que tú). Piensas que va a salir a correr con tu cámara. Es una situación extraña, pides a alguien un favor y a la vez desconfías de él. Es una sensación que he tenido yo (véase Una noche en el parque)  y que veo en los demás cuando me toca esperar en algún sitio con algún monumento detrás.

¿Quién puede hacer la foto? Pues el primero que pase. Si es un sitio concurrido... Tengo una teoría: "Hazme la foto y no me robes payo!". Os lanzo mi propuesta de elegir el mejor candidato: de mayor a menor confianza.

Abuelo
Pros: Si sale a correr bien le alcanzas en una zancada, bien se rompe la cadera.
Contra: su nivel de tecnología es pésima, te preguntará mil veces como se hace. Si al final consigue hacerte la foto, plasmará tu cara de desesperación total (y seguramente desenfocada). Pudiera llegar el caso que si sale a correr, al romperse la cadera también destroce la cámara.

Abuela
Pros: ninguno.
Contra: ¿hay alguna abuela que sepa programar un vídeo o mandar un sms? Pues como leches va a saber usar una cámara... Seguramente no acepte hacer la foto alegando: "soy muy mayor para estas cosas".

Adulto
Pros: un padre de familia es la mejor opción. Si sale a correr puedes calmar tu furia y sed de venganza con su hijo. 
Contra: te puede tocar un abuelo disfrazado de adulto.

Niño
Pros: son los mejores en hacerte la foto.
Contra: son muy rápidos y si son bajitos la foto sale mal.

Mi teoría es que cuanto más confianza demos menor conocimiento tecnológico y atlético tiene la persona.

Conclusión: búscate un tullido, confía en él ya que te sacará la mejor de tus sonrisas.

PD: al próximo desconocido que me pida hacerle una foto, hago el amago de salir corriendo, verás que risas.
PD2: ¿alguna vez habéis visto salir a alguien corriendo con la cámara de otro? Pues aún así seguimos teniendo ese miedo...

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