miércoles, 2 de junio de 2010

Patatas que le robaron su dignidad.

Ayer fui a comprar al super del barrio. Era por la tarde asi que estaba hasta arriba. Todo fue normal hasta que ví a un hombre (bien vestido, sin pintas de nada)  mirando la variedad de patatas fritas que había en el estante. Cogió una bolsa y … las abrió. Yo cada vez que veo estas cosas me entran ganas de decir: Shh! Que te estoy viendo! Pero me callé como una puta. Ni corto ni perezoso cogió una patata y se la empezó a comer. No se escondía y encima se estaba regocijando, creo que los del pasillo de atrás escuchaban perfectamente la masticación (muy grosera por cierto) de ese hombre. Se ve que después de cuatro o cinco patatas no le gustaron y atención, colocó la bolsa en su sitio y cogió otra. Repitió la misma operación pero se ve que éstas si que le gustaron y metió en su carrito un par de bolsas (la abierta incluida). Y yo todo esto mirándole con la boca abierta y con un “ja!” entrecortado saliendo de mi garganta.

Aún no me dejarán de sorprender.

PD: Habrá algún pringao despistado que compre esa bolsa violada por las manazas de un caradura. Si fuiste tú, querido lector, un abrazo muy grande y un besito en la frente.

1 comentario:

  1. El primer culpable eres tu por no denunciarlo a las autoridades pertinentes (la cajera).

    Al calabozo del supermercado con él!

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