miércoles, 30 de noviembre de 2011

Miedo escénico

Me han ofrecido hacer un monólogo en un bar. Y va en serio. Alguien se puso en contacto hace unas semanas conmigo. Me ofrece cincuenta eurazos y barra libre (me imagino que será copas gratis y no una solitaria y triste barra de acero). Fíjate, me hace más ilusión lo de las copas que el dinero. Sigo. El bar es pequeñito, bonito, limpio y con escenario y todo. Pero hay un problema o muchos. Uno de ellos es que me acojona hablar en público. Muchíiiisimo. Desde niño no me ha gustado ni salir a la pizarra. Leí en mi primera comunión y nunca olvidaré lo nervioso que estaba. Luego me dieron vino y me tranquilicé (¿esto cuenta como iniciación al botellón?).

Por el monólogo no tengo problema. Incluso tengo uno escrito desde hace mucho. Es un corta y pega de este blog. Pero, ¿haría gracia a los presentes? Mi "humor" es para la gente que me conoce y ni eso. Ni siquiera sé contar chistes y menos memorizar un texto y luego interpretarlo. Y si tengo un foco apuntando a mi cara menos aún. ¿Y si lo hago mal y nadie se ríe? ¿Los tomates y las lechugas que me tiren quién las pone? ¿El bar, yo si fuera masoca o ya la gente se lo lleva de casa? ¿Habrá un grillo que se ponga hacer ruido para que me sienta peor? He ido a unos cuantos monólogos amateurs y nadie se reía. Me entraron ganas de subir y darle un besito en la frente y un abrazo al tío y susurrarle al oído "todo irá bien, todo irá bien" mientras le acaricio (pero en plan machote que lo he vuelto a leer y parece una situación gayer).



Algún día me gustaría apuntarme a teatro y probar algo nuevo (no es que piense chupar el escenario y el atrezzo). Por la calle veo muchos anuncios de clases de iniciación al teatro y cursos de monologuistas. Tienen que ser de muy buena calidad porque están en todas las farolas... ¿Qué es eso de anunciarse por internet? (Apago la ironía y continúo). Podría ser un buen propósito de año nuevo (de esos que luego nunca se cumplen) eso del mónologo. Quizás algún día, cuando tenga tiempo y mi vida social vuelva, después de tomar clases y beber mucha cerveza me atreva. Lleno el bar de amigotes y nos echamos unas risas. Y si no, pues os llevais de casa las lechugas y tomates porque paso de gastarme esos 50 pavos en verduras.