domingo, 14 de septiembre de 2014

2 años y medio

Pues sí, he vuelto a batir el récord de abandono del blog. Si este blog fuese un animal, estaría desaguiñado y androjoso, uñas largas, con los ojos entrecerrados y doloridos por darle la luz del sol después de 2 años y medio a oscuras. Emitiendo sonidos guturales al verme, arrinconado en la sombra. Desconfiado. O eso o si fuera humano ha estado de puta madre en una isla desierta, con un taparrabos tocándose la barriga durante mucho tiempo. He venido a sacarle de la isla y me dice que me olvide, que me marche por donde me vine.

Buff, sinceramente, dejé de escribir por pereza, por falta de tiempo o por (pon aquí una excusa tonta). El abandono puede ser por la entrada de Twitter. Es más cómodo y rápido. Sacas el móvil, pones la chorrada de turno y ale, a enviar. Pero bueno, escribir siempre me ha gustado. Alguna vez me acordé de algún desvarío escrito por aquí. Con lo escatológico que soy creo que Cagando a hurtadillas es mi desvarío favorito y es algo que día a día vivo en mis carnes.

El curro bien, sigo siendo informático. Mi sueño de ser charcutero se desvanece. Me hago mayor y ya no me veo cortando chopped y dando conversación a ancianas. Ahora cojo el cercanías y sí, me sigue encantando poner la oreja. Creo que estoy aprendiendo rumano, en plan Guerrero Nº 13 (este recurso creo que ya lo he utilizado por aquí). Hay muchas señoras rumanas en mi tren y me gusta inventarme conversaciones desvergonzadas. Seguramente que la realidad no tenga que ver con lo que se me pasa por la mente pero me gusta pensar que dicen chorradas. Me paso hora y media al día en el tren y creo que ya me ha pasado de todo, de ver a un señor frotándose con otro señor, de dormirme y estampar mis cascos cutres contra la ventana de un cabezazo y romperlo por tres sitios distintos o cuando eché una cabezadita y me desperté en Aranjuez, saltándome como 10 paradas. El transporte público y yo cuantas aventuras hemos pasado juntos...

También me operaron hará año y medio. Me quitaron las dos pelotas. No, las de abajo no, las de la garganta. El médico un cachondo, justo lo último que escuché fue después de sedarme fue un: "bueno, pues empecemos el cambio de sexo". Creo que nadie superará esa coña (el médico no cumplió su amenaza).

De los que no saben nada de mí después de tanto tiempo, le digo como a mi madre, estoy chachi, como bien y cuando hace frío me abrigo. Ya actualizaré esto dentro de dos años y medio o dentro de dos semanas. Un besiiiii.

domingo, 25 de marzo de 2012

Publicidad engañosa.

Mira que veo poca tele y voy a volver a hablar de publicidad. Acabo de ver un anuncio en Antena 3. Al final dice "Te toca". Soy un guarro con mente sucia. Después han dicho: "Entra en la web Tetoca.es". Mi mente sucia no, guarrísima... He entrado en la web. Ha sido peor:



Antena 3 te toca. Me he imaginado a Matías Prats y Carlos Sobera haciendo cosas a domicilio...

PD: Te toca va de ecologismo y esas cosas.

jueves, 22 de marzo de 2012

Aquí huele a muerto.

Esto blog huele a muerto... Habrá que sacar un Ambipur, abrir las ventanas para que se airé un poco y darle un agua. Habrá que volver a escribir. Acabo de desempolvar mi gorra de escribir desvaríos (sí, tengo una gorra que me pongo para escribir gilichorradas).

He perdido el hábito y no me refiero a que he perdido mi disfraz de monja de clausura, que también porque parezco una mezcla de Chuck Norris en Desaparecido en Combate y el conejo de Alicia... en el País de las Maravillas (malpensados, mira que creer que me refería a las partes íntimas de una tal Alicia) que nunca tiene tiempo y siempre llega tarde. Echaba de menos escribir.

Hoy sólo voy a poner una reflexión, una pregunta que lanzo a los señores publicistas encargados de hacer los anuncios de Lidl: ¿por qué mezcláis churras con merinas? Acabo de ver vuestro último anuncio. "Semana de la bici". Creo que tenéis bicicletas, camisetas y cascos con reflectores con 3 tipos de luces distintas a unos precios muy competitivos. Está bien, muy bien... si el anuncio acabara ahí. ¿Por qué metéis al final que la garrafa de 5 litros de aceite está de oferta? ¿Acaso es un mensaje subliminal? ¿Queréis que los ciclistas compren aceite? Seguramente es para rellenar hueco pero... mal, muy mal. Si yo fuera el señor John Lidl (creador del emporio Lidl) estaría confuso mientras bebo esa cerveza barata y como esas cortezas de marca cutre que están más ricas que los Bocabits. Volved a un carro lleno por sólo 30 euros (¿que llevaría ese carro? Nadie se lo preguntó. Yo puedo llenar un carro por menos, pongo papel de culo barato y con 10 euros se llena).

Me voy a refunfuñar a otro lado...

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Miedo escénico

Me han ofrecido hacer un monólogo en un bar. Y va en serio. Alguien se puso en contacto hace unas semanas conmigo. Me ofrece cincuenta eurazos y barra libre (me imagino que será copas gratis y no una solitaria y triste barra de acero). Fíjate, me hace más ilusión lo de las copas que el dinero. Sigo. El bar es pequeñito, bonito, limpio y con escenario y todo. Pero hay un problema o muchos. Uno de ellos es que me acojona hablar en público. Muchíiiisimo. Desde niño no me ha gustado ni salir a la pizarra. Leí en mi primera comunión y nunca olvidaré lo nervioso que estaba. Luego me dieron vino y me tranquilicé (¿esto cuenta como iniciación al botellón?).

Por el monólogo no tengo problema. Incluso tengo uno escrito desde hace mucho. Es un corta y pega de este blog. Pero, ¿haría gracia a los presentes? Mi "humor" es para la gente que me conoce y ni eso. Ni siquiera sé contar chistes y menos memorizar un texto y luego interpretarlo. Y si tengo un foco apuntando a mi cara menos aún. ¿Y si lo hago mal y nadie se ríe? ¿Los tomates y las lechugas que me tiren quién las pone? ¿El bar, yo si fuera masoca o ya la gente se lo lleva de casa? ¿Habrá un grillo que se ponga hacer ruido para que me sienta peor? He ido a unos cuantos monólogos amateurs y nadie se reía. Me entraron ganas de subir y darle un besito en la frente y un abrazo al tío y susurrarle al oído "todo irá bien, todo irá bien" mientras le acaricio (pero en plan machote que lo he vuelto a leer y parece una situación gayer).



Algún día me gustaría apuntarme a teatro y probar algo nuevo (no es que piense chupar el escenario y el atrezzo). Por la calle veo muchos anuncios de clases de iniciación al teatro y cursos de monologuistas. Tienen que ser de muy buena calidad porque están en todas las farolas... ¿Qué es eso de anunciarse por internet? (Apago la ironía y continúo). Podría ser un buen propósito de año nuevo (de esos que luego nunca se cumplen) eso del mónologo. Quizás algún día, cuando tenga tiempo y mi vida social vuelva, después de tomar clases y beber mucha cerveza me atreva. Lleno el bar de amigotes y nos echamos unas risas. Y si no, pues os llevais de casa las lechugas y tomates porque paso de gastarme esos 50 pavos en verduras.


viernes, 28 de octubre de 2011

Soy un buen muchacho

Aviso del futuro. Sí, me puedes imaginar como si fuera la chica de la lejía ya que esto que te voy a comentar lo he escrito después de terminar el desvarío. Me ha salido muy largo. Bien te lo puedes leer de golpe o bien lo puedes trocear. Yo que sé, puedes dejar un párrafo cuando estés calentando la comida, otro cuando vayas hacer caca, otro cuando estés en el metro o pon aquí un intervalo tonto de tiempo que no sabes que hacer. Aquí empieza mi desvarío:

Mi inspiración ha muerto o se ha ido de vacaciones. Me gusta pensar que la inspiración es un pequeño duende que vive dentro de mi cerebro, que ha metido sus pequeños calcetines, calzoncillos limpios y sus camisetitas dentro de una maleta, que ha salido de mi oreja derecha  y que con sus patitas ha empezado a correr, ha abierto la puerta de casa y la ha cerrado con un puertazo. O eso o que al pobre le ha dado un yuyu y no me extrañaría después de las últimas semanas. Por eso no he escrito nada desde hace mucho tiempo. Pido perdón a los cuatro gatos que me seguís. O los tres gatos, tal vez uno haya muerto de inanición, por haber sido envenenado o ahora como hace frío y los gatos callejeros se calientan en los motores de los coches, tal vez se haya quedado dormido y el conductor haya puesto en marcha el coche y el gato se ha quedado pegado al motor...Pero querido lector, no sientas lástima del gato. Es ficticio, sólo quería hacerte sentirte mal al pensar en un gatito inocente muerto.

Mi gran novedad es que he vuelto a coger los libros (para estudiar, no para limpiarlos). Mi vida es un poco... agotadora. Aunque después de un mes me he acostumbrado. De lunes a viernes salgo de casa a las 7:40 y vuelvo a las 21:40. 14 horitas fuera de casa. Si eres un ladrón, caco, chorizo o mangui (como ves mi léxico es amplio) estoy mintiendo, estoy todo el día en el sofá bebiendo cerveza y con una escopeta en la mano por si entras, puedo hacerte daño ¬ ¬.

Bueno, los viernes llego temprano a casa: 7 de la mañana del sábado. Pensaba que llevar mochila a esa hora sólo podía significar que era camello, con toda la drogaína dentro. No soy el único que está de acuerdo con esto. La policía también.

Para el que no me conozca soy un chico inocente, puro y virginal. Los que me conocen saben que esto es mentira. Pero el aquí presente tiene que aparentar una seriedad en los momentos puntuales. En el fondo soy buen muchacho (adoro esta frase, es lo que dicen las señoras mayores cuando se enteran que su vecino es un asesino psicópata sin escrúpulos). Pero yo lo soy de verdad. En fin, retomo el tema que hay veces que me parezco al abuelo Simpson y cambio radicalmente de conversación. He tenido varios encuentros con la policía, todos ellos malentendidos por supuesto. Aún no he estado en un calabozo y espero que nunca ocurra porque seguramente se coma mejor que al bar donde suelo ir a merendar. Mis momentos con ellos:

  • Hacer botellón en un parque y al ver a la policía salir a correr. Trincarme a unos cuantos y a mí y meternos en el coche para limpiar los restos de botellas.
  • En una fiesta de cotillón se nos coló la secreta para vigilar el percal. No pasó nada.
  • Ir a las fiestas de un pueblo y pararnos la Guardia Civil a examinar el coche. Uno de ellos insistía que el líquido de mi portalentillas era droga. Le expliqué que era y nos dejo ir.
  • Colarme en un colegio de noche para hacer guarrerías con una y al salir aparecer un coche de la Guardia Civil. Muy educados ellos porque estuvieron esperando a que terminásemos. En serios, muy majos. (Esto y la anterior ocurrieron el mismo día).
  • El del metro (ver desvarío).
  • El de la mochila. Que te explico a continuación:
Éste fue mi último encuentro con la policía, hace una semana. Los viernes mis compañeros de clase y yo nos liamos con cervezas. Entre jijis y jajás acabé borrachuzo. Eran las 6 y pico de la mañana y ya estaba a puntito de llegar a casa. Veo que un coche se pone a mi altura y empieza a seguir mi paso. Aquí llega el momento: "Me siento como una puta ya que un cliente quiere mis servicios y va despacito para decirme cochinadas". Como no escuchaba ningún piropo, miré de reojo hasta que giré la cabeza y vi que era la policia. Por alguna extraña sensación me entraron ganas de correr. No lo hice. Hago un inciso. ¿Tú también te pones nervioso cuando ves a la policía? ¿A ti también te pasa o me lo hago mirar? Bueno, se pararon y me dijeron:

Buenas noches (educación ante todo, valores que se han perdido últimamente)


Holaaaaa (tono campechano)


¿Qué lleva en la mochila?


Apuntes


¿Me la puede enseñar? (¿Por qué siempre la policía me está pidiendo guarradas?


Claro

La abro y le enseño la carpeta.

¿Y esa bolsa? Me empiezo a descojonar.



Es un taperware de cosas ricas. Al policía se le abren los ojos.



¿Podría abrirlo?


Claro. 


El taper eran los restos de arroz tres delicias y pollo con salsa picante (una delicatesen del negocio clandestino que está detrás de mi casa). Decepción en los ojos del policia.


Buenas noches. Puede seguir. Y yo esperando a que me pidiera la receta o por lo menos que me dijese si estaba rico. Educados sí, descataos también.



Comprendo que un chico con una mochila haciendo eses por la calle a las 6 de la mañana puede resultar sospechoso pero... policía, soy un buen muchacho. No tengo ningún trapi que ocultar. Tengo la sensación que me haya olvidado de algún encuentro más. La edad, se me olvidan las cosas.


Pues ya he acabado. Ahora voy a disfrazarme de chica de la lejía del futuro y voy a aparecerme al principio del desvarío.



miércoles, 31 de agosto de 2011

Algo extraño está sucediendo en casa

Desde que vivo solo tengo miedo a una cosa. Levantarme por las mañanas y ver un trozo de papel dentro del váter. Ya me ha pasado cuatro veces. No estoy vacilando. Es la verdad. No comprendo este hecho y no tiene explicación. Me despierto, voy al baño a hacer mi pipí mañanero (de cacota nada, soy más de ir sobre las 15:30 o por ahí) y ahí está, ese pequeño trozo de papel, cuadrado y empapado de agua donde se distingue los relieves de los dibujitos de los perritos (sí, uso del caro).

Pero, ¿cómo ha llegado hasta ahí? Tengo tres teorías:
 
1 - Soy sonámbulo y voy al baño por las noches. Improbable.

2 - Mi vecina es una asidua de mi blog, se cuela en casa para acojonarme para que escriba este desvarío y se eche unas risas. Podría ser.

3 - Mi casa está construida encima de un antiguo cementerio indio y me acojonan... Un momento, yo no creo en fantasmas... Pero sí creo en el Tío Camuñas y esto vuelve a cobrar sentido. Los fantasmas son incorpóreos, por lo tanto no comen (si se llevan comida a la boca la echan inmediatamente por su culo invisible, véase Los Cazafantasmas o Cásper para que veáis que tengo razón). Si no comen, no tienen necesidad de usar papel higiénico. Pero el Tío Camuñas se harta de comerse a los niños malos que no hacen los deberes, pegan a otros niños o no hacen caso a sus madres. Viene a mi váter porque fue antiguo inquilino de mi piso, tiene las llaves y le pilla cerca de su escondite donde mata, descuartiza y se come a estos niños. Cuando sale le entra el apretón y viene a casa. Casi segurísimo que éste es el motivo!!

Hale, solucionado el misterio!

PD: Desde aquí quiero romper una lanza a favor del Tío Camuñas. Él sólo se come a los niños malos. Si fuera mala persona, haría caca en la calle o tiraría de la cadena mientras duermo lo cual me despertaría. Además, estoy casi seguro que él es quien me arropa por las noches. Hay mucho incomprendido en esta sociedad.


lunes, 15 de agosto de 2011

Sólo me pasa a mí...

Este año mi pastel de cumpleaños fue improvisado y original: tres tostadas de patatera (algo así como una sobrasada extremeña, muy rica por cierto) con sus tres velas Ikea... Creo que ha sido la cosa más bizarra de toda mi vida y me encanta :D . Pero sé que van a pasarme más cosas extrañas, como esta mañana sin ir más lejos.

Hoy me ha tocado currar, por lo tanto he madrugado. Lo primero que me ha pasado nada más salir de casa ha sido encontrarme a la señora de la limpieza del edificio. Bueno, mejor dicho me he encontrado a sus dos tetas. Sí, la señora de la limpieza había terminado su turno y se estaba cambiando con la puerta abierta. Todas sus domingas al aire. Hubiese sido una buena experiencia a no ser que esta mujer tendrá sus cincuenta y muchos... He gritado con un "nooooooo!" que creo que he despertado a todo el edificio. O tenía dos opciones, echarme un chorrazo de lejía a los ojos o salir rápido del portal. He tomado la segunda opción aunque me he arrepentido. La primera hubiese sido más útil.

Rebobinamos mi día hacia delante ya que la mañana he estado currando y no ha pasado nada de interés. He salido a comer y volví a mi restaurante de comida mediterránea favorito, el McDonalds. ¿Os acordaís de un desvarío de un viejo que pensaba que una niña era una puta? Ver aquí Pues esta vez ha sido mucho mejor. En Montera no sólo hay putas, también hay chaperos. Pues he pasado justo al lado de un grupo de ellos. Pues un señor de unos 35 o 40 años, bien vestido se ha acercado a ellos y les ha dicho, textualmente y en alto: "¿Quién quiere que le rompa un poco el culito?". No me lo podía creer... ni yo ni el grupo de monjas y chicas jóvenes que estábamos cerca (es la semana de la llegada del Papa a Madrid).

En serio, esto me va a provocar un trauma y me va a afectar... más aún de lo que estoy... Avisados estáis.

lunes, 11 de julio de 2011

Cagando a hurtadillas

Querido lector, voy a ser escatológico. Y después de declarar mis intenciones, comienzo. Todo empieza cuando te entran ganas de ir al servicio. A cagar, vamos.Ya puede ser en el trabajo, en la facultad, en un centro comercial, ... donde sea. Te diriges al servicio y ves que hay varios retretes. El problema comienza si todos tienen la puerta cerrada. Aquí viene el apuro, llamar o no llamar a la puerta. ¿Habrá alguien? La ley de Murfy te dirá que lo intentarás en el servicio que está ocupado. Llamas y preguntas: ¿se puede? Y te contestan: "se va pudieeeeendo". Bueno, eso es un chiste que me pirra. Normalmente te dirán que ocupado con voz de violencia entremezclada con vergüenza. Lo intentas al otro y ya está libre. Yo en esta situación me cago (y nunca mejor dicho) en la madre del tío que ha cerrado la puerta cuando se ha ido. Se deja abierta!!!  Bueno, primera misión cumplida. Ya estás dentro.

Ahora te toca sentarte o hacerlo de pie. Esta última opción es muy desagradable, nunca me ha gustado. En teoría, como en el baloncesto, debería ser una canasta limpia pero... igual que los condones, tienes un 99% de posibilidades de que no falle pero el otro 1% puede acarrear consecuencias desastrosas y todo el mundo lo hemos pensado. Cogemos la opción de sentarte. Y si te sientas tienes que hacer lo típico: "El mantelito" lo llamo yo. Tres trozos de papel, uno a cada lado. Antes de sentarte, la vida me enseño a tirar otro papel al váter, para que no salpique.

Ya estás sentado y... ¿ahora? Pues hay varias situaciones. Que la puerta no tiene pestillo y tienes que poner una mano empujando la puerta, que alguien te llama y tú dices ocupado con esa voz jeje, que no hay papel (el horror!!!!!), ... pero hay una muy especial para mí y de ahí viene el título del desvarío. Todo es felicidad cuando sabes que no hay nadie que te pueda molestar. Los tambores pueden sonar a todo trapo pero el auténtico sonido del terror es escuchar que hay alguien fuera. En ese momento te conviertes en un ninja. Nadie debe saber que estás ahí. Educas a tus esfínteres para que no provoquen el menor sonido. Pero resulta imposible. ¿Solución? Tirar de la cadena y aprovechar el ruido para desatar la ira. Lo peor es que no tiras una vez, tiras por lo menos tres veces. Menos mal que querías pasar desapercibido... Has terminado. Tiras el mantelito (que ya está deshecho, con un trozo en el suelo) al wc y tiras de nuevo de la cadena.

Abres la puerta, cierras la puerta para que se joda y sufra quien vaya después. Te lavas las manos y te vas.


Pueden ocurrir mil historias en un WC asi que todo no se puede escribir. Os dejo unos deberes para que vosotros mismos penséis y os echéis unas risas.

jueves, 7 de julio de 2011

Que viejo nos hacemos

Cada día me doy cuenta que nos hacemos mayores. El paso del tiempo es inevitable pero no es el calendario lo que delata nuestras canas. Son las pequeñas cosas de la vida. Aún me acuerdo cuando mi madre me cortaba la sandía (aún lo hace pero sólo cuando bajo a su casa).

Y este paso del tiempo te obliga apañartelas. Ya no está la madre que te corta la sandía, ni el queso. Te tienes que buscar las habichuelas (bueno, en este caso un buen cuchillo) y aprender tú solito. Y os hablo de la sandía, y quiero aclarar que no estoy obsesionado con las sandías ni tengo un rollo sexual con ellas al estilo de American Pie ni nada de eso. Esto no viene al cuento pero me resulta gracioso. Hace poco llegué perjudicado a casa (vamos, que llegué bolinga) y tenía una sandía en la nevera. No confiaba mucho en mi destreza y la partí a la mitad y con una buena cuchara y como si fuese una tarrina de helados me la pimplé entera. Caí redondo a la cama y al día siguiente había pipas por toda la casa, se ve que hice un campeonato conmigo mismo de escupir las pipas por toda la casa... Qué gentuza soy!

Otra cosa que debo de aprender es a envolver regalos, soy nulo. Tan nulo que ayer tuve que envolver en papel de plástico una lechuga y tardé 5 minutos porque el maldito plástico se resistía! Pero bueno, en los otros temas me considero un manitas y no me refiero a un manitas de toquetear señoritas (que también pero no viene al caso jeje). Me refiero a arreglar cosas, me gusta enfurruñarme, poner caras raras y maldecir las cosas mientras estoy en ello. Pero al final funcionan :)

En fin, seguiré con este tema más adelante. Creo que da mucho juego el "que viejo nos hacemos".

PD: a la mañana siguiente de la sandía, ví que también me había pimplado un hilo de chorizo. Sandía con chorizo! Melón con jamón, te queda poco de vida WHAJAJAJAJAJA!

miércoles, 6 de julio de 2011

Como una peli de Almodóvar pero con más travestis

Sí, así fue mi llegada a casa después de salir de fiesta un sábado hará dos o tres semanas. Ya fue rarita la espera en la parada del autobús: había dos enanos borrachuzos. Coño, son personas, se pueden emborrachar pero...  ¿a qué vosotros nunca habéis visto a uno en ese estado? ¿Y si te digo que yo ví dos? ¿Y qué uno empezó a vomitar y el otro le agarraba la frente? En serio, si se hubiesen besado ya sería la hecatombe.

Bueno, el autobús lo típico. El fondo sur, todo de malotes con granos dándolo todo al cantar "Alcohol, alcohol, ...". Me entraron ganas de darle un besito en la frente a cada uno y acariciarles la cabeza mientras le diría "pero qué bien vas a dormir hoy!!!".

Y desde la parada del autobús hasta mi casa, se cruzaron cuatro Drag Queen con el maquillaje corrido saliendo de un portal y metiéndose en un taxi.

Nunca he visto una peli de Almodóvar pero yo me la imagino así.

jueves, 14 de abril de 2011

Me las ponen a huevo

Me acabo de acordar de algo que me pasó hace unas semanas. Rodeado de gente, no sé de que estaban hablando pero yo estaba en Babia, pensando en mis cosas y mis tonterías cuando de pronto, una frase me vuelve al mundo real.


"A mí nunca me han dado por detrás". Miro fijamente a los ojos de la chica de unos 28 - 30 años que lo ha dicho. Suelto aire, riéndome al estilo pedorreta.

"Quiero decir que nunca me han dado por detrás en un coche". No aguanto más, me descojono en su cara.

"Un coche nunca me ha dado un golpe". La chica se explica pero ya es tarde. El daño está hecho. Tengo risa nerviosa y tonta. Noto que su mirada me apunta como si se tratara de un rifle de francotirador, creo que tengo un punto láser entre ojo y ojo y ya escucho el sonido en mi mente el ruido del gatillo.

Hace meses me pasó algo parecido y lo escribí en este desvarío. Mi mente está sucia, muy sucia. Me encanta.

miércoles, 13 de abril de 2011

Sueños psicotrópicos por ingesta de calamares

Alguna vez lo dije por Twitter pero hoy estoy plenamente convencido y puedo confirmar que cenar algo acompañado de calamares en su tinta me produce unas pesadillas raras de cojones. Sí, estoy mal de la cabeza, acaso no lo sabías? Pero querido lector, te aseguro que es verdad (como todo lo que escribo por aquí...). Puedo contar dos.

El primero, la típica pesadilla que estás huyendo de algo o alguien pero no sabes qué es. Cuando al final me cogían (creo que si yo saliera en alguna peli de este tipo sería el primer pringao en morir) me desperté (de momento soy superoriginal eh?). Ví la hora en el despertador y hasta ahí bien. Pero de pronto, se iluminó el móvil y empezó a escribir solo el siguiente mensaje: "¿Crees que huirás de mí sólo con despertarte?". Estaba en la cama, no me podía mover, y después de varios segundos eternos así, con un agobio acojonante, algo me apretó fuerte las piernas. Me desperté, esta vez de verdad.

El segundo fue también bastante raruno. Paseando por un parque. Día soleado, muchos árboles frondosos, un estanque grande con agua clara lleno de patos, niños corriendo. Pestañeo y es el mismo parque pero todo ha cambiado. Es tétrico y lúgubre. Los árboles están muertos, con las hojas secas alrededor, donde había patos ahora hay agua estancada y los niños... ahora son niños que no tienen cara y que se mueven lentamente hacia mí. Pestañeo otra vez y todo vuelve a la normalidad. Estoy asustado, voy a una fuente y me lavo la cara. Vuelvo a cerrar y abrir los ojos, y otra vez estoy ahí. Los niños están muy cerca de mí. Pestañeo nuevamente pero ya no funciona. Sigo en el parque apocalíptico. Uno de ellos me da un golpe y me despierto.

Pero hay que sacar lo bueno en todo esto. Si cenar calamares provoca que tenga estas pesadillas, tiene que haber alguna comida que tenga el efecto contrario, que todo sea placer y desenfreno, como una peli de Pajares, vaya! Seguiré buscando la cena deseada pero hoy... toca pesadilla. No hay dos sin tres. Sí, he vuelto a cenar eso. Creo que en el fondo soy algo masoca.