¿Existen las 9:30 de la mañana de un domingo? La respuesta es sí. Hacía un montón pero un montón que no me levantaba a esa hora. A estas horas sólo existía un Juan: Juan el que duerme la mona tan feliz en su camita. Ahora son las 5 y pico de la tarde y parece que el día nunca termina.
Visita exprés al Rastro, poner una lavadora, hacer la comida, tender la ropa, planchar y echar un FIFA modo onanista (o yo solo para los finos). Y ahora me apetece estar tirao, no hacer nada en todo el día, hace fresquete y me ha jorobado los planes que tenía... Dos veces me han ofrecido salir de gordas (de cerveceo) y las dos veces he dicho que no aunque no sé si podré resistirme a una que muy probable tercera vez.
Espero que termine pronto esta semanita porque la verdad ha sido una pesadilla (Nightmare para los amigos).
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